Después de terrible paliza para los sentidos nos fuimos rumbo a Potosí, la cuna del genocidio colonial por mas de 500 años...
El camino fue largo y raro. Salimos a las 10 de la mañana en un bus muy chiquito y con mucha gente en los pasillos, ya que a los propios pobladores no les venden pasajes a localidades intermedias del trayecto (Uyuni-Potosí). Con lo cual estábamos sentados todos los turistas en los asientos y los propios bolivianos en el suelo. Como sí ese maldito dominio europeo nos presagiara lo que veríamos mas tarde, en unos días, al llegar a la mina.
El viaje se demoro mas de 7 horas y allí conocimos a Waldo y Yazmina, una pareja española que están viajando por un año por toda latinoamerica. La verdad que charlamos mucho y sin querer amenazaríamos a caminar juntos este sueño.
Bueno, no doy mas vueltas y a contar un poquito de la ciudad de Plata...
Potosí para definirla correctamente hay que decir que es preciosa, única, con un encanto colonial que te deja embobado. Tienen que ver la gente colorida, los minibuses japoneses, los ruidos, los olores, los matices de un mundo que vive de verdad. Sin ponerle ¨peros¨ a la existencia, sin querer ser mas que lo que son.
Imaginense un momento una canción de Kusturica, en medio de un barrio de chinos mas morenos, con un ritmo frenético como el Once en Baires, con sonrisas en cada esquina, con chicos colgados de los aguayos de sus mamas que luchan cada día para llevarles el pan. Mercados, puestitos, bocinas, plata, turistas, calles que suben y bajan, y el cerro Rico que controla la ciudad. Piensenla en blanco y negro... con mas matices que colorearan sus ojos en cada mirada. Con la necesidad que se hace presente de una manera respetuosa. Comprendiendo mas de lo que parece.
Potosí es genial e increíble. Solo pasar por allí y tu visión del mundo cambiara para siempre. La vida en la calle y la vida en la mina. Hombres niños y niños hombres que se aferran a una ilusión para sacar la pepita del ganador por ese mes, como un empleado de mcdonalds que calla y otorga sus sueños y sus días al benefactor ¨payaso¨de turno.
Las minas son terribles... realmente uno no puede creer lo que ve. Uno piensa saber la verdad de muchas cosas, pero solo meterse ahí por un breve instante y la asfixia te gana la partida, los ojos lloran la desgracia de generaciones que dejan sus pulmones y sus vidas. El promedio de vida no supera los 40/50 años, los primeros ¨hombres¨ ingresan con 13 años y se van cuando su cuerpo pide a gritos un descanso de tanta noche, de tanta esperanza desperdiciada...
En definitiva la ciudad nos encanto por todos lados... porque vivimos experiencias que nunca se nos borraran de nuestras vidas. Aprendimos, sin querer, a disfrutar mas de nuestros días, de la luz, del aire, y por sobre todo de la suerte que tuvimos en vivir la vida que vivimos...
jueves, 26 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

1 comentario:
hey viajeros!!!!!!!! leo con agrado cada uno de sus post, pablin: estas mejorando muchisiiiiimo, las descripciones son brillantes, gracias por dejarnos estar con ustedes. Lau: me parece a mi o estas cada vez mas hippie???? jajajaj. Esperamos con ansias su regreso, o ese mail donde nos digan que se quedan para siempre haciendo esto, que se nota, les sienta de maravillas. un abrazo amigos
JP
Publicar un comentario